Por Ronald Forero, químico farmacéutico
En Chile, más del 50% de la población se automedica, utilizando principalmente analgésicos, antiinflamatorios, antihistamínicos y, con riesgo, antibióticos, sin supervisión médica.
Esta práctica, influenciada por recomendaciones de familiares, amigos o internet, puede enmascarar enfermedades, causar reacciones adversas graves, intoxicaciones e incluso agravar síntomas o generar resistencia a los antibióticos.
El riesgo es especialmente alto en niños, ancianos y personas con enfermedades crónicas.
La automedicación imprudente puede poner en peligro la salud de varias maneras, incluyendo retrasar el diagnóstico y el tratamiento necesarios, ignorar las interacciones farmacológicas y las contraindicaciones, ponerse en riesgo de recibir la receta incorrecta, desarrollar tolerancia y, eventualmente, desarrollar dependencia excesiva y abuso.
Por otro lado, la automedicación irracional expone a una persona a riesgos como eventos adversos , infecciones microbianas, reacciones de hipersensibilidad , resistencia a los medicamentos, síntomas de abstinencia y enmascaramiento de la enfermedad, que pueden retrasar un diagnóstico preciso.
Sin embargo, sus patrones divergen dependiendo de múltiples variables, incluyendo el estatus socioeconómico, la experiencia médica, la satisfacción del paciente, cómo las personas ven la condición, su capacidad para tratar algunas enfermedades por sí mismas y la creciente accesibilidad a los productos farmacéuticos.
La Inteligencia Artificial (IA) ha ganado popularidad rápidamente en los últimos años y está transformando significativamente la atención médica. Si bien sus sofisticados algoritmos analizan datos extensos para ofrecer orientación personalizada sobre problemas de salud, medicamentos y estilos de vida, su integración en la atención médica presenta tanto ventajas como desventajas.
Causas de la Automedicación información y recomendaciones: Obtener datos de internet, familiares, amigos o medios de comunicación.
Búsqueda de respuesta rápida: El deseo de alivio inmediato de los síntomas.
Falta de percepción del riesgo: Muchas personas consideran que automedicarse es una forma aceptable de autocuidado.
Fácil acceso: La adquisición de medicamentos en farmacias y otros establecimientos.
Riesgos y consecuencias
Enmascaramiento de enfermedades: Dificulta el diagnóstico y retrasan la atención médica necesaria.
Reacciones adversas e intoxicaciones: Por desconocimiento de dosis, interacciones o al comprar productos de dudosa procedencia.
Agravamiento de síntomas: La automedicación puede empeorar la condición original.
Resistencia a antibióticos: El uso inadecuado de antibióticos aumenta la resistencia de las bacterias.
Riesgos específicos: Mayor peligro para niños, personas con enfermedades crónicas o quienes toman múltiples fármacos.
Medidas y recomendaciones
Fomentar la educación: Es crucial informar a la población sobre los riesgos de la automedicación. Uso responsable de medicamentos: Promover un uso racional y la consulta profesional.
Controlar la venta ilegal: Las autoridades del Instituto de Salud Pública (ISP) y otras entidades trabajan para erradicar el comercio informal de medicamentos.
Ser consciente de que los medicamentos tienen componentes que pueden generar complicaciones por un mal uso, es la clave para consumirlos responsablemente.
Es un mal hábito frecuente ir directamente a la farmacia y, sin consultar con el profesional, adquirir un medicamento que algún conocido ha aconsejado para combatir una determinada sintomatología.
